16.12.11


De nuevo tu aparición, tus palabras zalameras, tu veneno dulce llega a mi. Me embriaga, me aturde, me quema. Mis defensas caen al suelo sin validez, abierta de par en par ante el mismo peligro de siempre. El amor recorre mis venas como el quinto cubata de un viernes por la noche. Debería sentir odio, repulsión, pero recuerdo el marrón oscuro de tus ojos y todo argumento pierde sentido. Mi cuerpo grita que lo vuelvan a tocar tus manos, mis labios reclaman el roce de los tuyos. Conexiones que pierden frecuencia al sentir el matiz dulce de tu voz. Nadie me comprende, lo sé, pero tampoco intento explicarlo. Se reduce a ti, a mi,a nuestro silencioso secreto. ¿Qué importan las heridas pasadas? Si más daño me hace tu ausencia.

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