3.4.12

Querido amor:


Una y otra vez te digo lo mismo. No sé ni cuándo, ni cómo, ni donde pero llegó el día en el que me di cuenta de que no quería que mi vida fuese así, sino viviendo cada día como si fuese el último a tu lado, oliendo cada mañana ese perfume tuyo que tanto me encanta en la almohada, levantarme y ver ese pequeño lunar que tienes en el cuello, tan escondido que nadie lo percibe excepto yo. Volverme loca solo por besar esos labios que son más que vida. Contar una a una las pequeñas motitas de tu cuerpo, sin dejarme absolutamente ninguna. Recibir al día decenas de mensajes y llamadas perdidas ¡qué digo decenas!, cientos de ellos. Pasear agarrados de la mano bajo las estrellas y que la gente nos envidie al vernos tan felices. Me pregunto la causa de tanta felicidad si yo no te tengo junto a mí, si es todo un sueño. La razón de que cada día vivo ilusionada. Que estés a dos metros de mí, tan cerca pero a la vez tan lejos. Sentir tu respiración como si fuese la mía. Mirarte. Que me mires y sonrías. Buscar miles de excusas solo para estas a tu lado. Esperar impaciente que llegue esa hora en la que te volveré a ver. Soñarte, pensarte y amarte. Tener unas ganas locas de decir que te quiero. Y es que tú eres famoso entre las pestañas perdidas, las velas de cumpleaños y los dientes de león que llevan grabada mi voz en su interior. Esa que pide a gritos tenerte. La misma que por las noches te nombra mil veces esperando una respuesta. Esa que nunca llega. Solo quiero que sepas que pasaré cada segundo de mi vida esperándote. Porque dicen que quien no arriesga no gana, y yo no he nacido para perderte. Te quiero. ♥

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